por Oscar Hernando


La inteligencia emocional (IE) se compone de cinco habilidades:

-Tres de ellas están asociadas a la inteligencia intrapersonal (referida a la gestión de las emociones propias):

-Autoconciencia emocional:  

conocimiento de las propias emociones, pensamientos y recursos. Nos faculta a comprender nuestros impulsos y automatismos, analizar las causas de nuestras debilidades emocionales y a ser conscientes de las fortalezas y defectos de nuestro carácter.

-Autorregulación emocional: habilidad para regular la intensidad y duración de nuestras emociones, para frenar las reacciones que nos producen problemas, generar un espacio de reflexión y conducir esa energía para que nos ayude al logro de nuestros objetivos.

-Automotivación: se refiere a la capacidad para poner en marcha y sostener los pasos necesarios para el logro de las metas que nos proponemos. La iniciativa, optimismo, confianza, perseverancia y resiliencia son los componentes más importantes de ésta habilidad.

-Dos habilidades relacionadas con la inteligencia interpersonal (capacidad para influir en las emociones y conductas de los demás):

-Empatía:

captación de sentimientos, necesidades e intereses ajenos. Nos hace comprender profundamente e interesarnos activamente en los demás. Nos metemos temporalmente en el mundo de otra persona y luego volvemos a ser nosotros mismos.

-Destreza social:

habilidad para inducir en los otros las respuestas deseables. Implica decir lo correcto en el momento y lugar adecuados, de la manera más conveniente, de manera tal de poder influir sobre los deseos y las conductas de los demás.

Todas estas habilidades se estudian por separado pero en casi todas las situaciones de nuestra vida, especialmente en la interacción social, se aplican en el mismo momento. Por eso es que no debemos descuidar a ninguna de ellas, ya que nuestra habilidad más débil puede hacer fracasar nuestro objetivo, por más que brillemos en las demás. Por ejemplo, cuando estamos enfrentando un conflicto con otra persona, si estamos en pleno control de nuestras emociones pero no tenemos habilidad para comunicarnos, la respuesta que demos no será satisfactoria y estaremos lejos de poder buscar la mejor solución.

Para graficar lo dicho, vamos a suponer una situación y cómo se resolvería con inteligencia emocional.

Siguiendo el caso anterior, cuando enfrentamos una conversación difícil:

1) el primer paso será darnos cuenta que nuestra emocionalidad está cambiando y nos está invadiendo el enojo, la impotencia o la frustración (autoconciencia);

2) luego debemos ir revisando y cambiando los pensamientos que nos están llevando a esas emociones, que si pasaran de ciertos límites nos llevarían a estar furiosos y no poder actuar adecuadamente (autorregulación);

3) debemos tener presente el motivo por el cual nos interesa resolver este conflicto, por ejemplo sostener y fortalecer un vínculo afectivo o laboral (automotivación);

4) es fundamental averiguar la postura del otro, saber sus motivaciones, emociones, pensamientos, necesidades, y qué es concretamente lo que pretende de nosotros (empatía); y

5) generar la mejor respuesta posible ante la postura de la otra persona, para conseguir una solución que satisfaga a ambas partes (destreza social), considerando el lenguaje verbal y no verbal.
La diferencia entre el éxito o el fracaso personal o profesional está dado por la forma en que manejamos nuestras emociones, motivo más que suficiente para prestarles atención y aprender a manejarlas.


OSCAR HERNANDO es escritor, coach e Instructor de IE

 

Un comentario en «Las habilidades de la Inteligencia Emocional»

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